Nuestra Señora del Buen Suceso es una advocación mariana venerada en Quito, Ecuador, y su historia está vinculada a la fundación del convento de las Monjas Recoletas de la Inmaculada Concepción en esa ciudad.
La historia de Nuestra Señora del Buen Suceso se remonta al siglo XVI, cuando la Madre Mariana de Jesús Torres, una religiosa española, llegó a Quito, Ecuador, junto con un grupo de monjas recoletas. La Madre Mariana tenía una profunda devoción a la Virgen María y llevaba consigo una imagen de la Inmaculada Concepción.
En 1594, la Madre Mariana experimentó una visión en la que la Virgen María se le apareció bajo la advocación de “Nuestra Señora del Buen Suceso”. En esta aparición, la Virgen predijo eventos futuros para la Iglesia y la sociedad en Quito y en el mundo. La Virgen también instruyó a la Madre Mariana sobre la importancia de la devoción a la Inmaculada Concepción y le indicó que construyera un convento para las monjas recoletas en el lugar donde se encontraban.
La Virgen del Buen Suceso prometió que su imagen quedaría en ese lugar como un signo de su presencia y protección. La imagen, conocida como “Nuestra Señora del Buen Suceso de la Purificación”, se venera en el convento de las Monjas Recoletas de la Inmaculada Concepción en Quito y se ha convertido en un importante centro de peregrinación.
La historia de Nuestra Señora del Buen Suceso está llena de elementos proféticos y milagrosos, y su devoción ha perdurado a lo largo de los siglos. La imagen es considerada un símbolo de la protección de la Virgen María para Quito y Ecuador. La fiesta de Nuestra Señora del Buen Suceso se celebra el 2 de febrero, coincidiendo con la festividad de la Presentación del Niño Jesús en el Templo.
Es importante tener en cuenta que esta advocación mariana es especialmente querida en Quito y en la región ecuatoriana, pero quizás no es tan conocida a nivel internacional como algunas otras advocaciones marianas.
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