La Epifanía de Jesús, celebrada el 6 de enero, conmemora la manifestación de Cristo al mundo, representada especialmente por la visita de los Reyes Magos al Niño Jesús. En esta festividad, la Iglesia recuerda tres momentos clave que revelan la identidad de Jesús como el Mesías y Salvador:
1. La adoración de los Reyes Magos: Los Magos de Oriente, guiados por la estrella, encuentran a Jesús y le ofrecen oro (por su realeza), incienso (por su divinidad) y mirra (por su humanidad y sufrimiento). Esto simboliza la manifestación de Cristo a los gentiles.
2. El bautismo de Jesús en el Jordán: Aunque en algunos lugares se celebra por separado, este evento recuerda cómo, en su bautismo, Dios Padre declara: “Este es mi Hijo amado”, y el Espíritu Santo desciende sobre Él, revelando su misión divina.
3. El primer milagro en las bodas de Caná: Jesús transforma el agua en vino, manifestando su poder y comenzando su vida pública, lo que también es parte de la revelación de su divinidad.
La Epifanía es una celebración de la universalidad de la salvación, pues muestra que Jesús vino para todos los pueblos y naciones, no solo para Israel.